Paraje Altamira se encuentra en el corazón del cono aluvional del Río Tunuyán en el piedemonte de la Cordillera de los Andes. Dentro del distrito de La Consulta en el sur del Valle de Uco, Mendoza. Cuenta con una superficie de 3660 hectáreas en total, de las cuales aproximadamente 1900 hectáreas están cultivadas.
Los límites de la zona son:
Altamira es uno de los lugares con más historia y cultura vitivinícola del Valle de Uco. Hay diversas versiones sobre el origen del nombre de Paraje Altamira. Algunos dicen que antiguamente se lo conocía como Furlotti y que recién luego del año 1977 se lo comienza a llamar Paraje Altamira. Otros aseguran que desde mucho antes, la zona era llamada Altamira ya que era un sitio alto, apto para el avistaje de pájaros y desde donde se podían ver las fincas de la zona.
Actualmente se pueden encontrar viñedos de más de 100 años de antigüedad y la superficie está repartida en fincas chicas en manos de muchos productores, algunos de ellos pequeños y con generaciones en el lugar. Esta es una gran diferencia en relación a los nuevos lugares del Valle de Uco, que cuentan con viñedos jóvenes de grandes extensiones y pocos dueños, en su mayoría grandes bodegas.
En 2013 el Instituto Nacional de Vitivinicultura reconoce al Paraje Altamira como una Indicación Geográfica (IG) de Argentina reconociendo en estas tierras características únicas para el cultivo de la vid y la producción de vinos de alta gama.
Michel Pouget llegó a Mendoza en 1852 y trajo muchos cepajes franceses, entre ellos el Malbec. Para 1911, según cuenta Leopoldo Suárez en su Contribución a los estudios ampelográficos en la provincia de Mendoza, el Malbec ya cubría el 50% de los viñedos de Mendoza.
Luego de varias generaciones de viticultores experimentando, la cepa que mejor resultado dio en el viñedo y en la bodega fue el Malbec. Hoy en día seguimos descubriendo sus cualidades y la increíble plasticidad para expresar los distintos terruños a lo largo de la Cordillera de los Andes
El Malbec en Argentina es el resultado del trabajo de varias generaciones; no es un producto del marketing o del capricho de alguna persona.
Paraje Altamira es un terroir único en el Valle de Uco. Además de una altitud de más de 1000 msnm, el riego con agua pura de deshielo y la amplitud térmica común en el valle, contamos con gran presencia de carbonato de calcio en nuestro suelo. Los suelos calcáreos son nuestra característica distintiva.
El Paraje Altamira se ubica dentro de la depresión tectónica del Graben de Tunuyán. Se caracteriza por la presencia de rocas sedimentarias marinas y continentales, así como rocas volcánicas del Jurásico, Cretácico y Cenozoico que apoyan en un zócalo de mayor antigüedad.
Se ve como un abanico conformado con los depósitos fluviales del río tunuyán, dicho río encuentra sus nacientes a los 5000 m snm.
Los suelos de Altamira tienen un origen fluvial antiguo cubiertos por depósitos aluviales más jóvenes. Los depósitos fluviales del río Tunuyán tuvieron gran desarrollo durante el Pleistoceno, periodo que abarca desde los 2,5 millones de años a los últimos 12.000 años, época en donde aparece el hombre sobre la tierra. Gracias a la corriente del río Tunuyán estos depósitos fluviales fueron moviéndose ''aguas abajo'' a lo largo de toda la cuenca.
El suelo del Paraje se caracteriza por la presencia de rocas que sobrepasan en algunos casos los 2 m de diámetro. Estos bloques se presentan de color blanco debido a la intensa cobertura de carbonato de calcio que pueden alcanzar un espesor de hasta 3 mm. Esta fuerte cobertura evidencia la edad pleistocena de sedimentos fluviales y marinos.
El clima es continental con fríos intensos y una gran amplitud térmica. Esto genera una condición de sanidad natural envidiable ya que las curas anuales son alrededor de tres veces menos que en Europa. En este clima los racimos maduran lentamente logrando vinos de complejidad con acidez que permite pensar en vinos de guarda.
Promedio de temperaturas en la época de maduración: 20°C / 68°F
Precipitaciones (promedio anual) 213 mm / 1,03ft